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miércoles, 2 de abril de 2014

DONDE SE ESCONDEN LOS LUCIOS


¿Donde se esconden los lucios?


Dicen los textos clásicos que un lucio inactivo permanece cerca del fondo con la cabeza mirando hacia abajo. Adoptan esta postura cuando realizan la digestión o las condiciones de caza no son propicias. Un lucio hambriento se levantará del fondo para permanecer horizontal o con la cabeza ligeramente inclinada hacia la superficie en postura de caza.



Con el sol atravesando los juncos de la orilla contraria, la luz iluminaba la profundidad de la poza. Sólo recuerdo aquella ocasión, pero entre las ocas del fondo pude ver la silueta de un lucio tal y como había leído, con la cabeza elevada en postura de caza. Inmóvil, aguardaba el momento del ataque.


Con postura o sin ella la mayor parte de las veces encontraremos un río oscuro, profundo y silencioso donde sólo podemos imaginar peces esperando comida desde lo escondido.


Los lucios son especialistas de la emboscada. Una buena cobertura es la carta que juegan en cada lance. Un lugar donde desaparecer para saltar sobre su presa como un felino. La aleta dorsal y la anal se sitúan muy retrasadas para sumar su impulso a la caudal. De esta manera las tres aletas juntas permiten una potente arrancada que les da una enorme velocidad en pocos segundos.





Buscan aguas paradas y sobre todo aguas oscuras. En los ríos estas aguas están en tramos lentos, brazos muertos o pequeños recodos cerca de las corrientes donde el agua queda detenida. Lugares donde es fácil mantenerse inmóvil esperando el momento del ataque sin apenas gasto de energía. Estos pequeños recodos actúan de “garitas” de caza y los lucios las visitan regularmente esperando a los peces que suben y bajan por la corriente. En estos lugares debemos lanzar lejos para que al pasar por el recodo el señuelo trabaje a la profundidad adecuada.


A los lucios no les gusta el sol. Evitan zonas soleadas y buscan las sombras para desaparecer. Un árbol sumergido, una masa de algas, orillas de hierba alta o bloques de piedra pueden ser suficientes para emboscarse o moverse discretos sin ser vistos.


La profundidad es otra de las claves para localizar sus escondites. Como norma general los lucios inactivos estarán en aguas más profundas o pegados al fondo. La temperatura del agua y la actividad determinarán la profundidad donde se encuentran y que señuelo hemos de usar para tentarlos. Los lucios son peces de aguas frías, por lo que además de aguas paradas y oscuras es en aguas frías donde se encuentran cómodos.





En lagos y embalses existe una línea imaginaria que separa estratos de aguas de diferente temperatura, es la famosa termoclina que conocen bien los pescadores. Cuando pescamos en río no es tan evidente, pero si es necesario tener en cuenta la temperatura ambiente o la estación del año para ubicar las aguas donde encontrarlos.


El sol de justicia empoza los lucios durante el verano, por lo que la primera hora de la mañana o el anochecer serán los momentos “calientes” para encontrarlos activos. Durante el invierno esperaremos a que levante la niebla o la helada mañanera. Cuando el aire temple a mediodía tendremos más oportunidades buscando peces en las sombras.


Esas mañanas tristes de domingo, oscuras mañanas de otoño, nubladas y lluviosas, sin viento ni frío… son las mañanas que me aceleran el pulso.


Los nervios me sacan de la cama y echando un puñado de vinilos y peces artificiales al chaleco me acerco al agua quieta. Cuando el silencio se rompa, el fantasma de las sombras habrá mordido el engaño en el lado oscuro del río.

1 comentario:

  1. nuestro amigo raul neila en portada con el lucio de este invierno en alcantara

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