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sábado, 11 de mayo de 2013

que nos engancha a los pescadores

que nos engancha a los pescadores. pues no lo se explicar la libertad la tranquilidad el contacto con la naturaleza el despejarse la cabeza un poco de tantos y tantos problemas en fin un poco todo la verdad es que siempre tenemos alguna excusa como dice en este articulo.
cuantas veces mi mujer me dice donde vas con este frio o con este calor o tan temprano o tan tarde y yo siempre le contesto lo mismo es que es ahora cuando pican. ay que darle las gracias tambien por su paciencia





PARA LOS PESCADORES SIEMPRE HAY UNA EXCUSA PARA PESCAR


Los que nos dedicamos a perder el tiempo en la pesca de río o en la pesca de mar, siempre encontramos una excusa. Si llueve, porque llueve, y si hace sol, porque hace sol. Los pescadores siempre tenemos esa explicación científico-técnica que pueda garantizar la unidad matrimonial durante nuestra maratonianas jornadas de pesca.



Dicen la malas lenguas que los domingos por la tarde se ven muchos remolques con perros, en esos “lugares prohibidos” de la carretera en los que nadie para, pero curiosamente siempre están llenos. Y aunque cazadores y pescadores sólo compartimos “cartelito” de mentirosos, en el fondo, en algo sí nos parecemos, porque cuando se va al monte, al río o al mar, la primera pieza siempre es “para justificar”. Curiosa relación la de la pesca y el matrimonio, ¿no?

Pero sí que es verdad, siempre encontramos una excusa para volver a intentar lanzar la caña de pesca. Los pescadores sabemos que en la pesca lo único que tenemos garantizado es el más absoluto fracaso. Bueno, y romper la caña en la primera lanzada, que también es posible.
Los peces son caprichosos

Para los profanos en la materia, os puedo decir que si hay algo de verdad caprichoso, son los peces. Los peces no son como los pimientos de padrón “que unos pican y otros non”; o pican todos o no pica ninguno. Es nuestra penitencia. Porque los pescadores no vamos a pescar, los pescadores peregrinamos. Conozco a alguno que cruza la frontera y hace 350 kilómetros para ir a tirar el anzuelo, y ¡no es broma! Si eso no se merece “La Compostelana” ¡ya me diréis! Otros llegamos a levantarnos de noche para “no hacer cola en el santuario”
¿Qué nos engancha a los pescadores?

Son todas estas dificultades y calamidades las que nos enganchan, las que nos meten el vicio en el cuerpo, o las que, probablemente, nos lleven a la ruina. Dicen los mayores que “pescador de caña pierde más que las ganas” y no van mal encaminados: ¿no seréis tan ingenuos como para pensar que pescan igual las cañas de 10 que las de 100 euros, no? ¡A los peces también les gustan las cosas de calidad! Siempre tenemos una excusa amigos, siempre…


Somos especiales

Pero, por lo menos, somos especiales. Vamos cargados con nuestros aparejos de pesca y nuestros problemas, pero siempre llevamos la misma ilusión: la del primer día. A nosotros no nos importa llenarnos de fango y mierda (con perdón) y pasar por delante de los más glamurosos puertos de España, como si tal cosa. Bueno, en los pocos puertos en los que aún nos dejan perder el tiempo; a ver si de una vez por todas se dan cuenta los políticos de que el mar es de todos, y que, por lo tanto, no pueden privatizar lo poco que nos queda: la ilusión.
Para saber lo que es ser pescador hay que vivirlo. ¿Cuantos de los que te conocen no lo entiende?







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